Cinco trucos efectivos para fomentar la lectura desde la infancia
1. Los padres y maestros, modelos a imitar. Un niño que ve en
casa o en el colegio gente que lee tiene muchas más posibilidades de
interesarse por la lectura por el principio de imitación. Si te resulta
posible, lee junto a él, esto le reforzará enormemente. Te invito a una prueba
muy sencilla: compra un álbum ilustrado o un libro infantil sin decir nada a tu
hijo y déjalo en un lugar visible pero no alcanzable. Fomenta su curiosidad,
háblale de él…¿qué crees que ocurrirá?
2. Lleva a tu hijo a una librería infantil. Por suerte,
tenemos muy buenas librerías infantiles en nuestro país. Llévale una tarde, sin
previo aviso, a una actividad en una librería. Las librerías infantiles están
pensadas para que el niño vea, toque y disfrute de los libros. Déjale elegir cuáles
le gustan sin cortapisas (que elija tres o cuatro), y tras esto pide consejo al
librero sobre cuál es la mejor opción. El niño se sentirá muy ilusionado y se
sentirá parte activa en la elección del libro.
3. La narración oral. Contar cuentos, historias o anécdotas
forma parte de este proceso. Todos llevamos un pequeño cuentacuentos dentro,
explotémoslo. Además, bastará participar de un repertorio reducido al que se le
pueden añadir técnicas de creación muy sencillas (por ejemplo, inventar finales
distintos a las historias, cambiar las cualidades de los personajes, situar la
acción de los cuentos en lugares conocidos, etc…).
4. Dramatiza sus lecturas. Los niños disfrutan enormemente
de las actividades teatrales. Comparte con él pequeñas dramatizaciones de las
lecturas que esté llevando a cabo (invítale a que ponga voces distintas en los
diálogos, realiza pequeñas representaciones de fragmentos atractivos, utiliza
disfraces…)
5. Crea historias junto a tu hijo. Durante muchos años, la
perspectiva de ver al niño como sujeto pasivo en el proceso lector ha lastrado
los procesos de animación. El niño desea ser activo, crear, participar y
sentirse parte de los cuentos. Cread juntos historias, escribidlas,
compartidlas, ilustradlas… Todo ello genera tal entusiasmo en los niños que se
está mostrando como una de las técnicas más eficaces.